Proteger del frío a las personas que más queremos es importante y también una preocupación. Porque no es muy fácil saber la diferencia entre poco, mucho o suficiente.
Vamos a ver unos consejos que te ayudarán. Así, si quieres proteger del frío a tus seres queridos, podrás hacerlo.
Una ropa adecuada y otras prendas adicionales
Aunque parece muy obvio, no lo es tanto. Todos nos abrigamos en invierno al salir de casa, pero eso puede no ser suficiente. También en el interior hay que tomar ciertas medidas.
Piensa que el ritmo al que se mueve una personas mayor puede ser inferior, con lo que su sensación de frío será diferente. Deberías asegurarte de que la casa está suficiente caldeada y a una temperatura confortable.
Además, procura que haya mantas auxiliares suficientes en el salón o donde pase más tiempo. Así podrá colocársela sobre los hombros o sobre las piernas si lo necesita.
En los ratos de paseo asegúrate de que lleve tapado el cuello y la cabeza. Bufandas, gorros y guantes para los días de más frío ¡que no salga sin ellos! Y es mejor que dichos paseos sean en las horas centrales del día.
Una vida activa para proteger del frío
Cuantas menos horas al día permanezca quieto mejor. Todo siempre según sus capacidades. Es interesante salir antes de comer a dar un paseo, aunque sea despacio.
Empieza buscando alguna excusa. Ir a comprar el pan o algo para la casa será suficiente. Y, lo ideal, sería repetir también por la tarde. Antes de que oscurezca. Eso mejorará su tolerancia al frío.
Si todavía está fuerte, puedes proponerle actividades como salir a bailar o ir a nadar. Bastará con una o dos veces por semana. Consulta la oferta más cercana a su lugar de residencia.
Las clases de Tai Chi, de pilates o de aerobic en el agua van muy bien. Pero también que disponga de una bicicleta estática en casa o alguna otra alternativa. Sin presiones, solo un ratito cada día.
El calor también viene desde dentro
Es esencial que te preocupes por su alimentación y que ésta sea variada y equilibrada. Eso le ayudará a tener fuerzas y unas defensas fuertes.
Prepara caldos calientes como primer plato e infusiones para terminar o a media tarde. Incluye verduras, frutas y hortalizas de temporada, además de carne, pescado y legumbres. Pero no pongas raciones excesivas.
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